El deporte del piragüismo consiste en navegar con kayaks, piraguas o canoas, tripuladas por una o varias personas, por aguas tranquilas (en el caso de que se desarrolle en embalses, lagos o ríos tranquilos) o por aguas bravas, con el consiguiente aumento del riesgo.

Para quienes quieren practicar el piragüismo en aguas tranquilas, el único requisito casi imprescindible es saber nadar y ser conscientes de que tendrán que ir acostumbrando los músculos de los brazos al nuevo ejercicio en sesiones cortas.

La mejor época del año para navegar a bordo de una piragua es la primavera y el verano, estaciones en las que el clima es más cálido, por lo que se agradece más el contacto con el agua. Además los ríos llevan más caudal, aunque esta razón poco importa a quienes prefieren disfrutar de este deporte en las aguas de un pantano o en el mar.

Si estamos decididos a ejercitar los brazos para navegar a bordo de una piragua, lo primero que tendremos que hacer es comprar una. Quienes estén preocupados por el espacio que pueda ocupar la embarcación y su traslado a la orilla, que sepan que existen piraguas hinchables y palas desmontables, con lo que la molestia es mínima. También es muy recomendable el uso de un chaleco salvavidas.

Pero antes de decirte por la compra del material quizá lo ideal sea tener alguna experiencia. En muchos lugares se alquilan los materiales por horas o por rutas, como por ejemplo, si estás interesado en realizar el descenso del Sella.

En definitiva, el piragüismo nos permite disfrutar desde el primer día de la libertad de podernos mover por el agua sin un periodo previo de aprendizaje exigente ya que el manejo de la piragua es muy sencillo.

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