Si hay algo que nos gusta a muchos padres y madres cuando salimos en grupo, comemos con familia o amigos, o, simplemente por el placer de algo especial, es tomar una copa de buen vino.

Nuestros hijos nos ven tomar el líquido rojizo, saboreándolo en sorbos cortos… y nos preguntan “si pueden probarlo”. Aún es muy pronto sí… pero les dejamos oler su aroma… o descubrir al trasluz su rojizo tono…. En esas ocasiones, te sorprendes a ti mismo intentando explicarles cómo se elabora el vino…. Y recurres a tus recuerdos de visitas a bodegas que has hecho tiempo atrás, cuando tenías más tiempo y claro está, no tenías niños. Al principio te prestan atención, mientras toman su vasito de dulce mosto, pero vid, uvas, barrica son conceptos que les suenan muy lejanos y abstractos y poco a poco van disipando su interés. En este punto siempre pienso “un día de estos le llevo a una bodega” … pero ese día no termina de llegar.

Hace no mucho, camino al Mediterráneo, cruzamos La Rioja a la altura de Logroño, y los niños se quedaron prendados del paisaje de campos repletos de vides con sus hojas verdes y sus frutos preparados para ser recogidos. Fueron kilómetros y kilómetros de dudas curiosas y vagas respuestas. Así que esta vez sí, decidimos que era el momento.
Conscientes de que ir a una bodega con nuestros hijos es una actividad complicada, buscamos algo especial, una visita adecuada a ellos… y conociendo como conocíamos la casa Valdemar, nos decidimos por sus bodegas. Así que montamos en el coche y sin decir nada a Sergio y a Alba nos dirigimos a Oyon, a la finca que la familia tiene desde hace cinco generaciones y donde ofrecen un tipo de enoturismo muy especial: visitar una bodega en familia. Sergio y Alba se mostraron entusiasmados y juntos, disfrutamos de esta experiencia Valdemar.

bodega-valdemar-ninos

En compañía de otras familias amantes de una tradición tan nuestra como lo es el vino, Sergio y Alba conocieron la historia del joven Conde de Valdemar y a través de él, descubrieron el mundo del vino, convirtiéndose en exploradores a la búsqueda del secreto mejor guardado de la bodega.

Nos recibieron Ana y Jesús Martínez Bujanda y nos abrieron a adultos y niños las puertas de su casa, que es como nos han hecho sentir durante todo el recorrido. Mientras los padres seguimos por los distintos espacios a los pequeños exploradores, hemos ido conociendo la historia y los vinos de la familia… pero, ¿y los ellos? ¿y Sergio y Alba?

Ellos, los visitantes protagonistas, rodeados de barricas, han visto un breve audiovisual de dibujos que les ha presentado un niño, a Pedro, el futuro Conde de Valdemar al que han ayudado, con el apoyo de un cuaderno de viaje y muchas pistas, a encontrar el secreto de la bodega.

bodega-valdemar-cuaderno

Acompañados por Ainara, y nosotros intrigados y atentos detrás con Jesús, han ido pasando de unas estancias a otras, y han ido descubriendo el distinto y peculiar olor de cada uno de los lugares. Se han adentrado, poco a poco, en lo más profundo de la bodega, y han tocado el frío metal de los depósitos donde fermenta el vino… y han seguido la pista que les ha conducido a las filas y filas de jóvenes barricas de roble. Se han movido entre ellas, … y han podido apreciar el cálido tacto de la madera.

bodega-valdemar-barricas

En el corazón de la bodega, donde el vino descansa sin prisa en las botellas, tomamos una excelente muestra. Allí, rodeados de años de espera, niños y padres sentimos el peso de tiempo que cumple su trabajo para darle al vino de la Casa Valdemar ese sabor tan espléndido.

bodega-valdemar-cata

Los niños, activos como sólo pueden serlo ellos, continúan la búsqueda y cómo no ha podido ser de otra manera, han encontrado el tesoro…. Y les ha encantado.
No os voy a descubrir el secreto, claro que no. Tienen que ser vuestros propios hijos, quienes, convertidos en audaces exploradores, los que se adentren en la bodega y logren el tesoro de que esta original búsqueda.

bodega-valdemar-busqueda

Satisfechos por lo hallado y nosotros contentos por cómo se han iniciado en el mundo del vino, hemos terminado nuestra visita con una cata, para nosotros claro, de los ricos vinos de la bodega.

Muchas gracias a Ana, Jesús y Ainara que nos hicieron sentir en familia y que han logrado que esta visita sea, una experiencia divertida y dinámica, que nuestros hijos recordarán mucho tiempo.

Para tomar vino aún son muy jóvenes, pero estamos seguros que cuando lo hagan, recordarán su paso por Valdemar y lo harán con todo el respeto y el cariño que el vino se merece.

bodegas-valdemar

Si quieres, tu también puedes disfrutar con tu familia de esta experiencia Valdemar.
Mas información: http://www.valdemar.es/enoturismo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *