El castillo-monasterio de Escornalbou es un lugar cargado de historia, inmerso en un paisaje de excepcional belleza.

Riudecanyes es una pequeña población donde sus principales atractivos son el pantano y el Castillo de San Miquel de Escornalbou.

La primera visión del monasterio impresiona. Torres, capillas, miradores, cuelgan encima de lisos de piedra y se esparcen por el monte. Las primeras piedras las pusieron los romanos y sobre ellas los moros levantaron una atalaya.

El castillo data de finales del siglo XII, su construcción fue impulsada por el rey Alfonso I

De estilo básicamente románico, tras sus múltiples reconstrucciones tiene diversos estilos.

Fue habitado por monjes agustinianos y más tarde por franciscanos, hasta que en 1835 se produjo su desamortización.

En el recinto del castillo hay un bonito sendero de subida hasta llegar a la diminuta ermita en el punto más alto de la montaña.

El coche se debe dejar en un aparcamiento que hay habilitado para ello, y de ahí se sube andando hasta la entrada. Quizás este trayecto es lo más bonito del castillo.

Es una pequeña subida en medio de la naturaleza, sin duda el esfuerzo vale la pena sobre todo por la vista de todo el monasterio que se ve desde arriba.

Desde el castillo se puede divisar la costa de Garraf, el Ebro, Mallorca, el Camp de Tarragona y las montañas de Prades y el Montsant.

Dirección (ver mapa)
Ctra. de Escornalbou, s/n
43771 Riudecanyes – Tarragona
Teléfono: 977 834 007

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