Es muy frecuente que los padres estemos preocupados cuando nuestros hijos dejan de comer o comen poco. Si la situación se alarga en el tiempo y se ha descartado una enfermedad por parte del médico-pediatra, nos preguntamos si no existirán dietas para engordar.

Dietas para niños

Normalmente el problema viene determinado por una falta de hábitos a la hora de la comida y que hacen que muchas veces los niños no tengan hambre ni apetito.

Las siguientes normas, hábitos y consejos nos ayudarán a conseguir abrir el apetito de nuestros hijos:

– El niño debe comer en la mesa con todos los demás miembros de la familia (no antes ni después que los demás).
– Evitar que el niño coma entre horas. Entre horas no debe tomar chucherías o alimentos que puedan quitarle el apetito.
– No se debe insistir en que coma.
– No felicitarle por que coma bien.
– Cuando el niño no come no recriminarle por ello.
– No prohibir de forma severa ningún alimento ya que puede hacer más atractivo su consumo.
– Introducir alimentos nuevos de forma gradual.
– No utilizar los alimentos como premio o castigo.
– Diversificar y enriquecer los alimentos. La dieta variada estimula el apetito, cubre las necesidades y conforma hábitos alimentarios sólidos para la edad adulta. 
– Es aconsejable conocer los menús del colegio para complementarlos en casa y así evitar que cenen lo mismo que han comido.
– No cambiar unos platos por otros.
– Distribuir regularmente las comidas. Distribuir la comida en 5 tomas al día. Si el niño no come durante una comida, se debe esperar hasta la siguiente con el fin de no perder el ritmo de horarios.
–  Evitar alimentos poco nutritivos que quitan el apetito. En esta etapa, y mas aún si el niño es inapetente debe limitarse el consumo de bebidas refrescantes azucaradas, y de alimentos que reducen el apetito hacia los alimentos básicos: productos de pastelería y bollería, chocolate, golosinas, snacks. 
– Presentar los alimentos de forma atractiva.
– Cuando los niños son mayores pueden participar en la elección de su dieta, y en la preparación de la mesa. 
– Favorecer la actividad física. El deporte moderado suele aumentar el apetito.
–  La comida debe ser una experiencia grata. Crear un ambiente relajado y familiar, sin gritos ni presiones.
– No se le debe impedir comer como forma de castigo.
– Los padres deben tener una misma actitud frente a la comida, siempre de tranquilidad y firmeza.

En definitiva, se trata de hacer comprender al niño, y a veces a los padres, que comer es un acto necesario para vivir y sentirse bien. Para lo que a veces no es necesario comer tanto como uno puede pensar. Bien es verdad que se debe hacer una correcta vigilancia de estos niños para controlar su buena salud e intentar que se aproximen a su peso ideal.